Proyectar a favor del lugar, extrayendo del mismo ventajas para la obra. Por su excepcional ubicación respecto a la ciudad, al mar y a las montañas que le sirven de fondo, el edificio se individualiza, se convierte en un hito monumental que remata dignamente la larguísima playa de Las Canteras adoptando un aire entre fortaleza que la protege y faro que la orienta. La visión del Atlántico se disfruta desde casi todas las áreas, y de manera espectacular desde la sala principal a través un gran ventanal situado tras el escenario. El excepcional clima de la isla posibilita una arquitectura donde sólo las salas de concierto han precisado acondicionamiento térmico.

(Fotografías de Rafael Vargas)