





Lluís Clotet
Veinte años atrás proyectamos el Banco Catalano que se había convertido en un clásico del diseño de su época y, a la vez, en uno de los proyectos más copiados del mercado español.
Si propusimos una nueva solución, no fue tanto para distinguirnos de tantas copias de baja calidad, sino para solucionar las deficiencias que habíamos ido detectando en tantos años de experiencia.
El cambio fundamental radicó en sustituir el deployé por la plancha perforada. Perdíamos así transparencia y empleábamos más material, pero el asiento resultaba de una textura menos agresiva y se hacía mucho más resistente a la corrosión y al vandalismo (verdadero talón de aquiles del Catalano). A partir de este cambio de material se varió algo la estructura, la longitud del módulo y se independizó la chapa del asiento de la del respaldo. Dotándolo, además, de apoyabrazos logramos un diseño bien recibido por alguna instalación pública, como las estaciones de los Ferrocarrils de Catalunya.