Sofá diseñado por Oscar Tusquets junto con Salvador Dalí. Originariamente el sofá –unos grandes labios mullidos donde sentarse– fue ideado para componer el cuadro volumétrico de la Sala Mae West, en el Teatro-Museo Salvador Dalí de Figueres.
    Entonces se pensó en su posible edición en serie, Dalí estaba entusiasmado con el detalle hiperrealista que se podía obtener con la inyección de poliuretano, pero tras diversos intentos se comprobó que la tecnología de este material no estaba suficientemente desarrollada para garantizar la calidad de piezas tan grandes, por lo que se desestimó su fabricación en serie.
    En 2004 Bd Barcelona Design resolvió el problema utilizando la entonces novedosa técnica de rotomoldeo.